ESTAMBUL, EN COMPAÑÍA, ESTO PROMETE
Nelo | November 11, 2014Estambul, barrio popular de Elmadag, cerca de la Plaza Taksim, hace poco la llamada a la primera oración del día ha llenado, melodiosa, el silencio.
Cuando al viajero lo despiertan los cantos de las mezquitas, sabe que está donde quiere estar.
Y más hoy.
En la habitación reina la calma, agradable tibieza bajo las sábanas, y la primera claridad del día a través de las cortinas del amplio ventanal provoca una penumbra acogedora.
Al otro lado del cristal Estambul aún no ha arrancado su día.
-Todo está en calma, todo está bien- Piensa el viajero, no del todo dormido, ni aún del todo despierto.
Chequea donde está. La habitación es mejor que las que está acostumbrado, hay un cierto desorden de ropa y sábanas revueltas, pero todo está limpio, los colores conjuntados, no hay nada cutre, todo es bonito.
Huele bien.
Oye una respiración que no es la suya, por esta vez no viaja solo, una espalda blanquísima asoma entre las sábanas, la rabadilla es de las gloriosas, no lo puede creer, piensa que si existe algún Dios debería darle las gracias.
Ni está solo, ni se siente solo, puede volver a dormirse tranquilo, no hay ninguna guerra que librar, por esta vez el alba es dulce, pierde el control de sus pensamientos, vuelve a caer en los brazos de Morfeo.
No dejes que te impidan galopar
Ni los ladridos de lo perros
Ni la quijada de caín.
Que no te dé el insomnio por contar
Las gaviotas del desierto,
Las amapolas de parís.
De repente todo se desomorona, algo estridente y muy odiado se apodera de su sueño, de la habitación, del aire, de todo. Es un chirriante, agudo y muy potente despertador de ring continuado, horrible, que penetra en cuerpo y alma, bandera de antiguos sometimientos, fábricas de 7 a 3, máquinas de fichar, producción en cadena, malos recuerdos, un sonido feo que provoca un mal rollo incontenible.
No sabe porqué, nadie le ha avisado, ni hay ningún propósito para el día de hoy, no hay que levantarse temprano para ir a ninguna parte.
Por qué ha sonado un despertador es un misterio que de momento no resolverá, la bella -y puñetera- durmiente que ha sido capaz de provocar este desastre sigue durmiendo como si nada, y el insomne -que nunca consigue dormir antes de la madrugada- queda expuesto al cabreo, pues no conoce manera más horrible de empezar un día que con un despertador innecesario puesto a traición de manera unilateral y dictatorial.
-Nena, prefiero una patada en mis partes antes que me sometas a un despertador.
Duerme, ni se inmuta.
El viajero piensa que debe estar cansada de la nochecita pasada.
El viajero se levanta, se va al cuarto de baño, se pone la Banda Trapera del Río en el portátil, a todo volumen, para desahogarse y como protesta ante la bella durmiente.
Mientras, se fuma un cigarrillo y se da una ducha mientras piensa en las desventajas de viajar acompañado.
Fracaso, rutina, familia, la ruina
sociedad corrupta
Engaño, engaño, engaño, engaño
la increíble vida de un ser vulgar
No está vivo, no está muerto
simplemente condenado,
condenado, condenado
eternamente condenado.
Cuando acaba Eskorbuto, pone el Solidarity de los Angelic Upstars. Los vio una noche memorable del 88 en una discoteca de Valencia, le traen buenos recuerdos. Sí, una noche de ésas de tres días, de ésas en las que se sudaba mucho.
Sale más tranquilo del baño, mojado, envuelto en vaho y en una toalla blanca. No se siente joven ni viejo, esta en esa edad en la que puede permitirse ese lujo.
El agua caliente amansa la fiera. No todas las habitaciones donde ha dormido tenían una toalla blanca. Ni botecitos de champú. Ni vaho. Ni agua caliente. Algunas ni agua tan solo.
Y mucho menos a Blancanieves entre sus sábanas.
La bella -y bendita- durmiente de la rabadilla pálida y gloriosa se da la vuelta y lo mira.
De repente se le pasa todo.
Piensa en las ventajas de viajar acompañado.
Al poco rato ya no piensa en nada.
Sólo respira fuerte.
Y tu bolso como un nido de gaviotas
y mi futuro con pan duro en el cajón
locos por naufragar
salieron a bailar
al ritmo de la lluvia sobre las capotas
el rocanrol de los idiotas
De fondo, las gaviotas graznan a orillas del mar.
Acompañarán durante todo el día los barcos que cruzan en loco vaivén el Bósforo, donde los pasajeros disfrutan tirándoles migas de pan, pagando ellas sobradamente con su destreza y sus artes de vuelo.
Son gaviotas que alzan su vuelo en Europa para posarse en Asia, o vicerversa.
Son gaviotas sin hipoteca y sin otra preocupación que echar a volar.
No les hace falta comprar un pasaje en ningún barco, se contentan con sus migajas. Cuando están cansadas, descansan, y cuando no, ya sabéis.
No parecen infelices.