LAPONIA RUSA, DATOS PRÁCTICOS Y CIFRAS
Nelo | May 7, 2017Cifras y datos prácticos de nuestro viaje a la Laponia Rusa. Dos semanas por la Península de Kola, en Abril del 2017.
A nadie se le escapa que los viajes primero se sueñan y después con un poco de suerte, y una implacable, y en muchas ocasiones descarnada priorización de los deseos, se cumplen.
Este viaje lo soñé tras sobrevolar toda Rusia un par de veces en los últimos tiempos, en invierno.
El paisaje que se veía desde el avión era completamente blanco, las tierras, los ríos, los lagos, las ciénagas, todo aparecía absolutamente congelado y sin color. Al contrario de lo que se podría suponer resultaba impactante, de una belleza abrumadora e ineludiblemente atrayente. Mis chacras chisporroteaban emocionados.
Podría decir pues, que fueron Japón y Corea los que nos llevaron a Rusia, también Kirguistán y Kazajstán donde me sentí muy cómodo moviéndome bajo tierras de corte exsoviético, tanto como en todos los países de Europa del Este que huelen a ella, viendo que el monstruo era poco fiero, facilón, e incluso amable y bonachón.
No en el clima precisamente.
Así que un día primaveral, un poco antes de que Valencia comenzase a oler a pólvora, le dije a la de los ojos marrones:
-Nena, en un mes nos vamos a Rusia.
Que nadie crea que saltó de alegría, no hubieron fuegos artificiales, ni twerking por encima del portátil donde escribo estas líneas, como tantas otras veces -le encanta hacer eso mientras escribo los artículos del blog, así me salen como me salen-, y no sólo eso, tuvo la desfachatez de decirme:
-No me apetece viajar.
Me quedé de piedra.
-¿Perdona? ¿Te diste un golpe en la cabeza o algo así?
-No, no es eso. Estoy bien en casa.
Pienso que me la han cambiado, tal vez algún extraterrestre se ha apropiado de su cuerpo ¿Quizá deba llamar a un exorcista?
¡Por favor, alguien tiene que poner algo de cordura en todo esto!
-Una cosa no quita la otra. Me temo que ese culito va a pasar frío. Nos vamos de todas maneras.
Suena machista, pero no es eso, alguno de los dos tiene que conservar la lucidez. Si fuera al revés se lo agradecería.
Menos mal que me hizo caso. Este viaje le marcará más que cualquier otro. Pero eso era algo que ni ella, ni yo, sabíamos todavía.
-Tenemos que ir y no detenernos hasta que hayamos llegado
-¿Adónde vamos?
-No lo sé, pero tenemos que ir.
En el camino, Jack Kerouac
Un viaje a la Laponia rusa desde España me parece mucho más barato que a cualquiera de las otras dos áreas de Laponia, tanto la noruega como la finlandesa, incluso teniendo en cuenta el coste del visado. Y es sin duda la manera más económica de acercarse al Ártico.
También me atrevería a decir que la más interesante, pero pecaría de cretino y mentiría, jamás estuve en Finlandia, y a mitad Noruega, en un viaje en moto en el 95, la policía me asaltó, y se llevó buena parte de mi dinero por ir a 90 en vez de a 60 kmh, por lo que me dí media vuelta y bajé por Suecia, que fue donde me picó un mosquito en la oreja, poniéndomela tan gorda que no me cabía el casco, por lo que tuve que parar en un hospital de Dinamarca para que me pincharan, entre otras cosas, que ya son otra historia.
Así que nunca estuve en la Laponia noruega.
Mapa de la comunidad sami.
La Laponia rusa, en la Península de Kola es una región muy desconocida y extrema, sin apenas carreteras fuera del eje norte-sur que la une con San Petersburgo a través de la República de Carelia, integrada en Rusia.
¿Un cigarrito a 10º bajo cero?
Surcada por miles de ciénagas, ríos y lagos, que se congelan en el largo invierno. Noches eternas ocupadas por auroras boreales, días interminables, tundra, bosques y minas a cielo abierto, y con algunas zonas, pocas, todavía de restringido acceso.
Sin apenas turistas, su visión será casi siempre lo que hay, bonito o feo, pero en ningún caso producto edulcorado y liofilizado para consumo turístico, más allá de algunos campamentos samis, y algunas estaciones de ski que han nacido en montañas mineras para un uso casi exclusivo del turismo ruso.
¿Cuánto nos costaría un viaje a San Petersburgo y a la Península de Kola desde España?
Estos han sido nuestros costes, calculados en euros a un cambio de 1 euro: 60 rublos. Los precios son por persona.
190 euros avión i/v Valencia-San Petersburgo.
90 euros el visado.
40 euros el tren San Petersburgo-Murmansk, capital del territorio situada en el estuario del Río Kola que desemboca ya en el mar de Barents, la ciudad más poblada más al norte del planeta, por encima del paralelo 69.
100 euros la vuelta en avión Murmansk-San Petersburgo.
Tiramos de couchsurfing un par de noches, es fácil, pensamos que Rusia es un buen sitio dónde tirar de esta gran red viajera solidaria, la gente se muestra hospitalaria y comunicativa.
Couchsurfing es milagroso, permite situaciones excepcionales, un anestesista te puede preparar ensaladilla rusa un miércoles por la noche.
Me parece enternecedor, viendo la foto me emociono, pero entiendo que al lector sólo le provoque, en el mejor de los casos, hambre.
El resto de las noches las pasamos en hoteles. Los precios suelen estar en torno a 30 euros la habitación doble en hoteles no muy lujosos pero limpios y aseados, aunque se pueden encontrar más baratas.
Hay un concepto de hotel con el que me he encontrado en Rusia y es el de mini-hotel, suelen ser pisos o casas transformados en alojamientos de unas pocas habitaciones, suelen dar buen servicio, ser nuevos, disponer de cocina, y estar muy limpios.
Traveller´s Palace Hostel.
En San Petersburgo nos alojamos por 20 euros la noche en habitación doble en el mejor hostel que he estado en mi vida, y que conste que no me patrocinan. En este blog no hay publicidad, ni patrocinio, ni yo digo jamás que tengo un blog a la hora de negociar una habitación, ni existe más interés que el del propio lector, por lo que si digo que este es el mejor hostel es que realmente lo pienso.
Traveller´s Palace Hostel.
Las comidas en restaurantes bien escogidos suelen estar en torno a 5 euro por persona, incluso en San Petersburgo, en la misma Avda. Nevsky donde existen numerosas franquicias de cadenas de restaurantes de comida rusa, se les puede reconocer porque acaban en “bar”, suelen ocupar semisótanos y tienen unas palancanas a modo de buffet donde eligir lo que uno quiera. No hace falta decir que en los supermercados se come por mucho menos, y el vodka alcanza precios irrisorios y populares.
Los restaurantes con este cartel son perfectos. es como una franquicia de comida rusa repartidos por toda la federación.
Teniendo en cuenta el caro norte canadiense, los precios inmorales de Islandia, la exclusiva Escandinavia, la casi inalcanzable Groenlandia, el norte de Rusia se muestra como el gran secreto no turístico y barato de aproximarse al Gran Norte.
Incluso con el coste del visado ruso (para españoles, porque a la mayoría de sudamericanos no les hace falta). Se puede reunir toda la documentación en casi una hora, pagar, llamar a un mensajero, y el visado nos será entregado en nuestro domicilio en diez días exactos, sigue exactamente los pasos que te indican en esta web.
Parte vieja de Murmansk.
Una vez en Murmansk para movernos por la península de Kola, utilizaremos el tren, trayectos hasta Apatity o Olernegorsk suelen estar entre 10 y 20 euros. Hay muchas páginas donde comprar billetes de tren en Rusia, pero pinchando aquí accederás a la oficial y más barata.
La llegada a Murmansk suele ser nocturna, 27 horas después de haber salido de San Petersburgo.
No dudaría en comprar billetes en la propia estación fuera de temporada alta, puede que resulte algo más barato. Te copias un texto traducido y se lo enseñas a la chica que vende los billetes, es fácil. De todas formas a partir de tu tercer o cuarto billete comprenderás las palabras básicas en ruso para la compra de tus tickets de tren.
Una vez en el tren puedes comer en el vagón restaurante, también puedes haber comprado comida, o comprar a la provodnitsa, o encargada del vagón, lleva sobre todo, café, té, chocolatinas, sopas y pasta de sobre. Cada vagón tiene toda el agua caliente o fría que quieras utilizar y te dan vasos y cubiertos.
Las provodnitsas tienen fama de antipáticas pero esto es un injusto topicazo. Son unas madrazas si las tratas bien, ayudándote en todo lo que puedan.
Las provodnitsas son mujeres maravillosas, nuestras madres rusas en el tren. Sólo hablan ruso, pero es que estamos en Rusia.
La tercera clase nos pareció perfecta, y recomendamos fervientemente pasar todas las noches que podamos en el tren, se duerme bastante bien si no te toca un jabalí de más de 100 kilos roncando como si no hubiera un mañana en la litera de al lado.
De Olernegorsk a Lovozero, 85 kms, utilizaremos el único taxi de todo el viaje, nos cobrará 23 euros por trayecto después de regatear.
A Kirovsk desde Apatity llegaremos en marshrutka, por apenas unos céntimos, a sus montañas llegaremos andando.
A Teriberka desde Murmansk nos fue imposible llegar debido a la gran cantidad de nieve caída en Abril, pero si el camino no está cortado hay transporte público en un bus 4×4, el acceso con vehículos particulares está prohibido.
Teriberka en verano. Foto licencia creative commons
Quisimos alquilar un coche en Murmansk, pero nos encontramos con el problema de que no te aseguran daños propios ni con una alta franquicia, es decir que si rompes el coche, lo pagas, además hace falta permiso internacional de conducir. El precio era de unos 25 € al día por un coche básico.
Existen campamentos sami cerca de Lovozero, en torno a los 70 euros la pareja con media pensión, actividades aparte. Pueden llevarte en trineo tirado por perros, o por renos por unos 60€ unas tres horas, sopa de pescado incluida, también llevarte a pescar a un agujero en el hielo. En la mayoría puedes alquilar motos de nieve.
Campamento turístico sami entre Olernegorsk y Lovozero.
En Kirovsk estuvimos en un hotel para esquiadores y turismo ruso justo en el Ice Village, llegamos en plena ventisca de nieve, después de varios kilómetros andando con una sensación térmica de unos 20º bajo cero. En esas condiciones os aseguro que la habitación de 60€ la pagas encantado, además tiene unas vistas increíbles, piscina climatizada, saunas y desayuno buffet libre incluido. Nos quedamos dos noches de lo bien que se estaba.
Pienso que si tu viaje dura dos semanas te puedes permitir estos lujos, a nadie le amarga un dulce, si has de estar viajando un año ya es otra cosa, hay que ser mucho más cuidadoso.
Un primerizo imagina Rusia difícil, gris, complicada, burocrática y de gentes frustradas y silenciosas. Falso. Los prejuicios se llevan en la mochila sin apenas darnos cuenta.
Escultura de Gagarin en el Ice Village, Kirovsk.
Pura, aunque podría decir puta, propaganda grabada en nuestro subconsciente a lo largo de los años, de muchas películas, de infinitos telediarios y de reportajes sensacionalistas.
Rusia para nosotros es tan acogedora como tu abuela la del pueblo, es profunda como sus ojos verdes, es épica tras sobrevivir a un sinfín de luchas y acontecimientos, infinita en su bondad y en su sufrimiento, de gesto adusto pero de trato fácil, hermosa hasta quitar el aliento, nuestro último gran descubrimiento.
Hubiera sido una auténtica aberración perdérsela.