ALOJAMIENTO BARATO EN HONG KONG. ¿CHUNGKING MANSIONS SÍ O NO?
Nelo | June 19, 2018Si llegaste aquí buscando alojamiento barato en Hong Kong a estas alturas ya te habrás dado cuenta de que es casi imposible. Te quedan las Chunking Mansions, un edificio situado en el corazón de Kowloon donde se alojan mochileros e inmigrantes, pero recibe tan malas críticas que echa para atrás. En este artículo veremos si se las merece y en qué grado.
Chungking Mansions desde la acera de enfrente.
La banda sonora de las Chungking Mansions es el zumbido de un monstruo habitado por las 4000 personas que viven aquí y los arrullos de las palomas que al amanecer se posan en los destartalados aparatos de aire acondicionado de las numerosas galerías interiores del edificio. No eligen el lugar más bonito de Hong Kong. Nosotros tampoco, pero es barato y al igual que a ellas, nos permite sobrevivir.
Sobrevivir de una manera digna, que ya no aguanto agujeros que antes soportaba con cucarachas, con dibujos en las paredes de explícito contenido sexual –normalmente atributos masculinos proclamando burdamente su potencial reproductivo- o con calcetines usados del recepcionista en el cajón de la mesita de noche.
¿Cualquier cuarto de hotel, mi hogar? Ya no, aunque me apaño con poco, unas flores de plástico o unas cortinas horteras…
Además la Chungking Mansions tiene su qué, por no decir que tiene su encanto. Sí, su encanto: vive, transpira, se mueve, vibra, y para los estándares todo aquel que haya viajado un mínimo es más que suficiente, incluso más que aceptable, siempre y cuando no se mida más de 1´90 de alto, o de ancho y se sea cuidadoso en la elección del alojamiento. En todo caso pagar más en otro lugar de Hong Kong no te garantiza en absoluto tener más espacio, a menos que nos vayamos a hoteles ya de precios inmorales y si eres muy alto/a siempre te quedará el recurso de dormir en diagonal.
Porque una cama en China puede ser más grande que todo un cuarto en Hong Kong.
Los deslunados de este edifico construido en 1960 representan la cara b de la ciudad. Existen en cualquier ciudad, pero aquí puedes verlos. Los que tenemos blogs de viaje solemos poner fotos de estos interiores para acojonar al lector. Si tienes suerte tu habitación tendrá una ventana que dé a ellos.
Tripas de la Chungking Mansions.
Si no tienes suerte tu habitación no tendrá ventana, pero siempre puedes encender la tele para darle algo de profundidad al entorno, además quién quiere hoy en día una ventana si nos pasamos todo el tiempo cara a una pantalla, ya sea de ordenador o de teléfono. Para eso no hace falta ventana, tampoco para dormir o para darle la bienvenida a Hong Kong a tu pareja. Ya sabes, dar cera, pulir cera…
Las plantas inferiores del edificio y sus alrededores están formadas por pequeños locales comerciales de todo aquello que le pueda hacer falta al viajero.
Restaurantes indios, casas de cambio, pequeñas tiendas de alimentación, etcétera, casi siempre de indios, afganos o africanos. También son extranjeros los comisionistas, buscavidas y vendedores que habitan los bajos y alrededores del edificio, siendo criticados por gran parte de los que escriben sobre el lugar, pero en realidad, son tan inofensivos como un anuncio de televisión. Su insistencia es muy light y aquellos que hayan batallado contra buscavidas y espabilados de verdad, los encontrarán hasta ingenuos, simpáticos incluso.
Imagino que han sido domados por un edificio con claras directrices de supervivencia, al igual que se pinta o se llena de luces la fachada para hacerlo menos amenazador. Parece que les hayan dicho, vivid aquí y de aquí, pero sed buenos. Y así, algunos hasta te dan las gracias después de haberles dicho que no al negocio que te proponen, y te sonríen o te ofrecen su ayuda para encontrar una dirección aunque no quieras quedarte en la habitación del hostal que te ofrecen, comprarles un reloj o pillarles algo de marihuana.
Ninguno me ha insistido más de una vez en la semana larga que aquí hemos estado alojados, y eso que casi todo lo que leímos antes de venir advertía que eran muy insistentes. Nadie te agarra, nadie se pone pesado, es cierto que cada vez que pasas te dicen algo, en especial los comisionistas de venta de relojes imagino que falsos, pero pretender que se acuerden de tu cara entre millones de personas es ridículo. Por supuesto que cada vez que pases te dirán ¿relojes, señor?
El mismo nombre del lugar Chungking Mansions ya impone respeto y en cierta manera asusta, suena como una mezcla de Chuky el muñeco diabólico y el menda este de Marilyn Manson, y eso si uno no sabe nada del famoso asesino en serie de ese apellido, que si no es aún peor, además al español nada que empiece por “Chung” le suena bien, porque lo asocia a chungo, pero lo cierto es que es un lugar bien agradable en su diversidad y seguro, tanto por el día como por la noche, sobretodo desde hace ya unos cuantos años cuando su dirección fue ocupada por una señora que adecentó el lugar, expulsó a todos los que no se portaban bien y llenó el edificio de cámaras, guardas y seguridad.
Esta mujer de 75 años llamada Lam Wai-long resucitó el lugar, yo no dejaría de ver el siguiente reportaje:
Las Chungking mansions también recibe críticas por haber gran cantidad de indios, afganos, o –cito textualmente- “negros como armarios”. Y eso a algunos no gusta. No gusta a los racistas. Si eres viajero/a y te molesta esto, yo de ti me lo haría mirar. Tal vez te haga falta viajar más o dejar de viajar, dejar al mundo en paz. Una temporadita en India sin tu set de maquillaje puede que no te viniera mal, o aparecer de repente en medio del África negra sin tu Iphone ni tus gafas de Ralph Lauren podría serte conveniente, porque precisamente una de las cosas más atractivas del lugar es su multiculturalidad.
Dentro de las Chungking Mansions hay decenas y decenas de hostales y pensiones, y entre ellas hay buenas y malas. ¿Cuál elegir? Para distinguir se puede hacer dos cosas dependiendo si vas allí con reserva o sin reserva.
Si vas sin reserva es fácil, el método de toda la vida, miras la habitación y si te gusta te la quedas. El precio medio en 2018 debería estar en unos 150 HKD la doble, entre 16 y 17 euros.
A veces son muy básicas y otras veces algo menos
La otra manera es reservando una habitación por medio de booking por ejemplo. La regla a seguir debería ser si tiene más de un 6 en la media de las valoraciones de los huéspedes es de las buenas. Más de un 6 es una muy buena opción, es como un 8 o 9 en otras partes porque hay que tener en cuenta que la gente es muy crítica con este edificio por eso tiene una media tan baja, en especial por dos razones, la primera es el tamaño de las habitaciones, realmente pequeñas y hay peña que viaja con maletas o mochilas donde parece que haya un cadáver dentro, la segunda es el ambiente que asusta a los poco viajados.
Los ascensores también reciben quejas porque en ocasiones hay que guardar cola. Internet es perfecto porque ahora podemos quejarnos de cualquier cosa y desahogarnos. A mí me recuerda la frase de Theroux: “Sólo el necio se queja del tiempo en vacaciones”
Más de un 6 suele asegurar una habitación limpia, con televisión, wifi, toallas, jabón, champú secador, cepillos de dientes y pasta, tazas, nevera, acceso a un microondas común, agua potable fría y caliente, limpieza diaria de la habitación y un montón de detalles más.
Eso sí, será pequeña y la ducha y el inodoro comparten espacio, si te extraña esto, bienvenido a la Asia barata. No hace falta usar las dos cosas a la vez porque eso sí que es raro.
Si observas durante varios días los precios online de los muchos hostales verás que hay una gran fluctuación de precios, lo mejor es agarrar la oferta del día, la de menor precio con mayor puntuación posible.
Los que elegimos Chunking Mansions o Mirador Mansion –el edificio de casi al lado- no es que seamos masoquistas o que nos vaya lo cutre o los espacios minimalistas, sino que ya nos dimos cuenta que los precios en Hong Kong son altísimos y que ni aún pagando bastante más te aseguras de no acabar en otra mini-habitación.
Mirador Mansion.
Desde luego ese Kowloon marginal y peligroso, ese gueto del que habíamos escuchado hablar todos aquellos que nos hemos ocupado de estudiar a fondo Hong Kong antes de visitarlo a través de libros, películas o documentales, ya no existe. Fue derribado. Quizá todo Kowloon y por ende las Chungking Mansions sigan arrastrando la fama de su pasado. En cualquier caso y aunque el presente sea su hijo, su heredero, el pasado murió. Ya no reina, excepto tal vez en nuestra imaginación.
En este documental puedes ver como era Kowloon en el pasado, ¡impresionante!:
Nos pasa con casi todos los lugares, cuando ya somos capaces de imaginarlos, éstos ya no existen. Viajar a ellos es una conciliación con el presente, con la realidad, aunque sea sesgada por nuestros propios filtros.
Puede que al hacerlo salgan bien parados o puede que no. Hong Kong suele ser de los que superan las expectativas del visitante, su presencia es imponente y sus entrañas el máximo exponente de la vida urbana.
Hoy, mientras en la isla de Hong Kong los rascacielos de Central hunden sus azoteas en las nubes que no hacen sino agrandarlos, en la otra orilla, aquí enfrente, Koowlon permanece apocado bajo una capota gruesa de cielo gris. Pero no importa porque aquí nadie mira hacia arriba, la actividad y el frenesí a ras de suelo es suficiente.
Noche tras noche, las luces de las Chungking Mansions seguirán encendiéndose para dar refugio a miles de viajeros al igual que lo hicieron en las últimas décadas, y también serán amparo de inmigrantes que tuvieron el valor de salir de su país a buscarse una vida que solo ellos sabrán si acaba siendo mejor que la que tenían.
Puede que así sea pero no estoy seguro, como tampoco lo estoy de que un día vuelva pasado el tiempo.
Si lo hago me fumaré un cigarrillo en la papelera que hay saliendo a la izquierda.
Y todo volverá a girar a mi alrededor.